El castro conocido como el Toxal o el de Represas se sitúa en el extremo oriental del núcleo
urbano de Tapia en un promontorio sobre la costa. Se encuentra unido a tierra por el lado sur y bordeado por la cala de San Martín al oeste y Represas al este.
A día de hoy no se han realizado excavaciones que pongan de manifiesto lo que realmente se esconde bajo esa capa de tierra. Tiene una superficie de 0,2 hectáreas y en función de su
tamaño se calcula un población mínima de veinte personas y máxima de ochenta. Debido al
material inestable del acantilado no hay que descartar que el castro contase con un tamaño
mayor en otra época.
Cuenta con tres estructuras defensivas; un talud al sur y dos fosos, uno al oeste y otro al norte. El foso del norte, que casi se encuentra sobre el acantilado, deja abierta la posibilidad de que el núcleo habitacional original se encontrase hoy en día desaparecido por la acción de la erosión, lo que también abre la más que probable hipótesis de que el castro poseyese un
tamaño mucho mayor.
Hay que destacar también la buena visibilidad que ofrece el promontorio sobre toda la costa y terrenos de interior, pudiendo controlar así todo lo que ocurría en los alrededores.
En cuanto a las actividades que en este castro se realizaba hemos de poner en primer lugar la pesca y recolección de lámparas, bígaros, oricios y otras especies en los pedreros cercanos. Sabemos también que estas gentes cultivaban la tierra y poseían ganado. No hemos de excluir tampoco la caza y la recolección de frutos. A parte de las actividades propias y necesarias para la alimentación, no es descartable establecer una relación entre este castro y la explotación
aurífera de Salave.